4 de noviembre de 2013

Diedro Charaxes a la Agulha del Piti


Hasta ahora, nunca había escrito sobre alguna de las últimamente muy habituales escaladas en solitario que realizo por aquí y por allá, pues las considero algo muy personal y que no debo ni quiero compartir (al menos a través de este medio). Pero  puede que las aperturas vayan a ser (en el caso de que haya más) una excepción, seguramente debida a la especial ilusión que me hacen, y ahora ya hablo de esta vía en concreto.



Observando con ojos atentos las montañas, puedes imaginar todo lo que quieras, desde aviones que se estrellan hasta bandoleros escurridizos, maquis escondidos o dragones multicolor. Cuando el espacio que te rodea es amplio y espacioso, repleto de pequeños e infinitos detalles, cada mirada es diferente en cada momento y nuestra mente puede saltar libremente por los aires haciendo brotar todo tipo de ideas y proyectos que  explorar.



Las primeras veces que observaba el Gran Tuc de Cendrosa desde el refugio me preguntaba si alguna vez me cansaría de observarlo. Primero me atrajeron sus laderas y sus múltiples canales, después sus aristas y la larga cresta que desde su cima se desprende suavemente hasta el Ratera, y por ultimo, me hechizó una pequeña aguja que sobresalía y deslumbraba a cualquier hora del día en mitad de la susodicha y larga arista.

Ya hace mucho que la miro cada mañana, pero es por las tardes veraniegas cuando esta aguja deja descubrir a la luz de los últimos rayos del sol un inmenso diedro que parte su pared Oeste en dos. Sus dimensiones son un misterio desde el refugio, pero calculo tres tiradas de cuerda no excesivamente largas.




Cargué la mochila con un montón de trastos, todos los que tengo y algunos extra que Sergi me había dejado y con tremendo mochilón y mucha calma comienzo el camino hacia el Lac Obago. Una vez al pie de la aguja el diedro se adivina fantástico. No parece del todo vertical y esta fisurado de arriba a abajo, genial!



El primer largo es todo un regalo. Tras estrenarme con los clavos en la R0 encuentro un paso duro nada más dejar el suelo, después todo es puro disfrute. El gran diedro que tanto había admirado no me quiere defraudar y parece regalarme todo lo mejor que podía haber imaginado: buena roca, fisura y canto! La fisura se va estrechando y después se ensancha, algún paso alegra la escalada y cuando todavía voy bien de coco y de cuerda llego a una repisa ideal para montar una reunión.
Sobre las cosas que hice y me pasaron en esta reunión (cosas de aperturista novato) podría escribir un post entero, como no pienso hacerlo, solo dejaré dicho que por favor los posibles repetidores ( a primera vista se intuyen muy escasos) lean bien la reseña o hablen conmigo para saber la historia entera.



Tras dejar la unica R intermedia montada me enfrentaba al tramo indudablemente más emocionante de la via. Toda via que se precie de ser recordada tiene una parte en la que resoplas y bufas como un toro enfadado, es la parte en la que los musculos se tensan tanto que parece que se vayan a romper, exactamente la misma parte en la que la boca se te queda seca como una alpargata de verano, el tramo de roca del que normalmente a no ser que seas un ser extraño, siempre quieres salir pitando.



Tras exprimirme a fondo y recolocarme un poco pasado ya el agobio, llego al ultimo gran enigma de la via. El diedro que parte en dos la aguja acaba en un gran desplome que corta el camino. Podria intentar escaquearme hacia la derecha, por una roca que no se ve del todo dificil, o podria intentar seguir las fisuras que hacia la izquierda salvan algun resalte y se ocultan a mi vista, pero esta aguja aun me tiene guardados más sueños imaginados. Una fisura surca todo el desplome que domina el diedro, ofreciendo buenas posibilidades de aseguramiento y perdiendose en el brillo del cielo. Sin dudarlo pero con ciertos malabarismos, desenfundo el estribo y comienzo a volar de nuevo.



Lo que nunca me imaginé fue que subiria una fisura desplomada sin saber a donde me llevaba. La sucesion de fisuras que me llevo a la cima, primero colgado de los cacharros y despues empotrando las manos fue la guinda perfecta para una via que ya siempre estara en mi recuerdo, una via cuyo recorrido es un autentico regalo del cual he tenido el privilegio de ser el primero en saborearlo. Una via asequible para cualquiera en la que disfrutar del sabor más clasico de la escalada. Como la Mahou.




Agulha del Piti (Colomers, Val d´Aran): Diedro Charaxes 80m MD V+/A1. Juego de Camalots+aliens.
Segruamente esta via se pueda liberar con una dificultad no superior al septimo grado, bien protegido pero muy fisico y desplomado.

Salut colgaos!

2 comentarios:

Josetxu dijo...

Enhorabuena Mikel...!
Que sensación escalar sin saber lo que encontrarás... ¿ehhh?
La vía tiene una pinta buenísima, cacho diedraco tú...!
A ver si coincidimos por aqui o por allí y podemos compartir cuerda.
Un abrazo!
Aupa!

Mikel dijo...

Apa Josetxu!
Este diedro era casi una obligación escalarlo,jajaja. Fue un disfrute, y ha quedado una via asequible (con su puntito de gracia) si tuviese unos metros mas seria una gran clasica.

Ahora estoy cerca de Oliana, Alt Urgell y esta zona, si vienes a Cat. no te olvides avisar!
Salut tronc!